La terapia EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares) se basa en los aspectos neurofisiológicos del procesamiento de la información en el cerebro y en el hecho de que a raíz de experiencias muy estresantes, los recuerdos pueden mal “archivarse” y provocar perturbaciones emocionales en el presente.
El EMDR utiliza un tipo de estimulación alterna de los hemisferios cerebrales (ocular o táctil) mientras la persona recupera ciertos aspectos de experiencias traumáticas vividas, que permite reprocesar la información y facilitar su desensibilización.
Se emplea para tratar traumas tanto puntuales (accidentes, catástrofes naturales, violación, etc..) como continuados (maltrato, violencia, negligencia, etc..) que hayan ocurrido en la vida de la persona, y que estén produciendo en el presente sintomatologías como pensamientos intrusivos, angustia, bloqueos etc..
Algunos de los problemas que se pueden tratar con adultos y adolescentes son:
el Trastorno de Estrés Postraumático, el Duelo, las Fobias, los Ataques de pánico, los Incidentes traumáticos ocurridos en la infancia del paciente.
La terapia EMDR se aplica también a los niños, en complemento de psicoterapia, con un protocolo particular que integra a los padres. Los niños que han vivido un duelo traumático, un accidente, violencia familiar, estrés postraumático, depresión o trastorno del apego, pueden sanarse con esta terapia. Es particularmente útil para niños adoptados.

Estimulación bilateral ocular en EMDR
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